Diptongos. Cuando la última palabra de un verso contiene un diptongo en la zona de la rima (todo lo que quede a partir de la última sílaba acentuada del verso), puede suprimirse (no es algo obligatorio, solo se aplica si la disposición de la rima del poema lo requiere), a efectos de rima, la vocal débil de dicho diptongo. Así, por ejemplo, aceite puede rimar con vete en consonante por qué la “i” del diptongo de ace(i)te se puede ignorar. Si ponemos un ejemplo con rima asonante, aceite puede afirmar con peces, o incluso con confiese.
El caso más habitual y mejor visto es el de los diptongos crecientes situados en la penúltima sílaba de la palabra final del verso (huerto rimando con yerto), pero podemos ver esta excepción con toda clase de diptongos, situados tanto en la penúltima como la última sílaba del verso y, menos frecuentemente, incluso en la antepenúltima, si se trata de palabras esdrújulas. Menos elegante sería hacer lo mismo con un triptongo, pero entra igualmente dentro del mismo caso especial.
Excepción de las esdrújulas. De modo parecido, en el caso de las palabras esdrújulas, a efectos de rima puede ignorarse la sílaba postónica, la que va detrás del acento de intensidad. Así, por ejemplo, una palabra como cántico puede rimar en asonante con otra como cacho (-a-o); o en consonante con zanco (anco, suprimiendo la sílaba postónica (-ti-) de cántico).
En general, la excepción de las palabras esdrújulas es más frecuente encontrarla en el caso de rimas asonantes.
Espero que esto resuelva las dudas surgidas en clase a la hora de analizar la rima de los poemas.
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